Orbe necesita un rediseño con urgencia. Tras realizar una minuciosa auditoría, se crea una nueva identidad, bajo una estrategia muy pensada y según sus necesidades. Un traje a medida que resuelve sus problemas de inconsistencia, desactualización y competitividad en el mercado del gran consumo.

Una revolución, más que un rediseño, sí; pero intentando conservar parte de los activos distintivos de esta marca, una conservera con 80 años de historia.